Si viajas a Berlín y coges el metro, notas algo curioso. Notas algo curioso si viajas a Berlín y coges el metro acompañada de un ciudadano/a alemán. Debe ser uno que viva, conozca y se desenvuelva diariamente en la ciudad, tan abierta y cosmopolita como mi querida Barcelona. El antiguo bloque soviético se ubicaba en el llamado Berlín Este, de tod@s es conocido las exclusión competitiva entre RDA y RFA, no sería yo si me pusiera a valorar aspectos positivos y negativos de ambos régimenes. Sí soy yo cuando mi curiosidad se centra en el olor que desprende el metro berlinense. Es un hecho que a día de hoy, casi 20 años después de la caída del muro, en las zonas excontroladas por la Unión Soviética el metro huele a comunismo: una mezcla entre crudo y olor a cerrado, asi lo definiría. Línea azul, parada Diagonal, una mezcla entre azufre y olor a limón me ha hecho recordar la capital que no tardaré en visitar, aunque sólo sea para acompañar a ese ciudadano/a alemán.
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