dijous, 7 de juliol del 2011

Sublime

No vuelvo. Yo no sirvo para que me arranquen los sentimientos de esa manera, desde las entrañas. Por primera vez en la vida escucho cantar a dos metros de mi a una soprano. En el Liceo. Y suena mal pero digo arrancar, conscientemente, porque no hay cuerpo [ni alma] que pueda oponer resistencia alguna a esa voz creada para llegar a las profundidades humanas. Pero ahora estoy convencida de algo: no es sólo cuestíon de don o prodigio, ni fruto de un arduo trabajo para perfeccionarse. Lo que ella transmite es también su personalidad [desenvoltura in extremis], su buda interior [sentido y sensibilidad], su temperamento [un control absoluto de la situación]. No hay más que verla fuera de escena, cercana, mundana, sonriente, poderosa, líder. Una excelente diva casual a la que le sigue la mirada aguda de un casi divino. Hay que verla en vivo y en directo: BEGOÑA ALBERDI. Acaba de presentar su segundo disco MATER y empieza la gira en breve.



Ahora que lo pienso bien, espero volver...